Solución





El fomento de la lectura en los jóvenes, es un problema que se divide en dos: por un lado se tiene el desconocimiento general de los planes propuestos por el gobierno para un acercamiento continuo con la lectura, y por otro, la falta de motivación hacia la lectura por parte de los jóvenes. Para abordar y solucionar este problema se pueden llevar a cabo diversas soluciones: tal y como lo exponen Castro Osorio, y otros (2013), la familia es una de las instituciones que más influye en el hábito de lectura de los jóvenes, por lo que dentro de los proyectos para fomentar la lectura se debe incluir un programa de largo plazo para estimular la lectura dentro del núcleo familia, pues de esta manera no sólo se influye en los jóvenes sino también en los adultos, que a menudo pierden el hábito de la lectura con la edad. 


Por otra parte, el colegio también tiene un lugar vital en la rutina de los jóvenes, éste es el lugar en donde conocen y aprenden, por esta razón no sólo se deben realizar programas sobre lectura para estudiantes sino que se deben empezar a crear programas donde se promueva la lectura en los docentes, pues son éstos los que contagiaran el hábito a sus alumnos. Así mismo, como lo afirma Borja, (Año), se deberían empezar a crear espacios dentro del aula escolar, en donde los estudiantes puedan debatir con los docentes sobre lo que están leyendo fuera del colegio en su tiempo libre, y que de esta manera se abra la puerta que consolide un lugar en donde se puedan conocer nuevos títulos que puedan interesar a los jóvenes, y en donde los maestros puedan ver de cerca los gustos literarios de sus alumnos.

Paralelamente , y dentro del aspecto del acercamiento a la lectura, se debe tener en cuenta que, en la ciudad de Bogotá, el único evento que se realiza para el fomento de la lectura, y que tiene un alto impacto en medios, es la Feria del Libro, por lo que se propone crear nuevos eventos al aire libre que inviten a toda la población a acercarse a la lectura por medio de una estrategia distinta y llamativa; estos eventos pueden combinar la lectura con otros temas, tales como la música, y así, llamar la atención de la población. Además, es de vital importancia generar y crear concursos de lectura y escritura en todos los colegios, no solamente en distritales sino también en privados, realizándose de manera regional y nacional para motivar a los estudiantes a participar y conocer la literatura desde otra perspectiva.

En un aspecto más económico y siguiendo lo planteado por Castro Osorio, y otros, (2013), el Gobierno Nacional debe priorizar los gastos a la hora de crear los programas de fomento a la lectura, debido a que éste, actualmente, se enfoca en abastecer ciertos lugares con materiales y recursos, pero dejando a los demás por fuera (también incluyéndose la promoción de estas herramientas). Esto nos lleva al tema de la promoción de actividades, y al evidenciar en las encuestas realizadas, hay un desconocimiento casi total sobre las herramientas y planes del gobierno frente a la promoción de la lectura. Partiendo de lo anterior, lo más conveniente, dado el año y el avance de la tecnología, sería utilizar las redes sociales como el medio principal para divulgar estos proyectos, y esto podría ser implementado de la siguiente forma: primeramente, se puede promocionar la "Colección Semilla" a través de Facebook, Twitter o Instagram, de manera que la sociedad pueda conocerlos y aprovecharlos, utilizando como ventaja el uso de las figuras de internet como los ''booktubers'' (jóvenes, en su mayoría, que promocionan la lectura a través de Youtube), para que estos sean divulgados de manera directa, creativa y diferente a los jóvenes; en segundo lugar, y siguiendo la línea de los medios digitales, se pueden desarrollar contenidos digitales que favorezcan el fomento a la lectura, ya sea a través de aplicaciones, canales de Youtube o vídeos en Facebook; y por último, hacer un uso adecuado de los medios masivos de comunicación para fomentar la lectura: una manera de llevarlo a cabo sería a través de la creación de una pequeña franja, en la que ese recomiende o se lea un fragmento de cualquier libro, donde se brinde información sobre su ubicación, y así, la persona que este interesada sobre lo escuchado en cuanto al libro pueda buscarlo personalmente, involucrándose aún más con el proceso de la lectura.


Bibliografía 

Borja Orozco, M. (2012). Literatura y medios de comunicación masiva en la lectura para niños y jóvenes. Bogotá: Universidad Distrital Francisco José de Caldas.


Castro Osorio, C., Reina, M., Oviedo, S., Jaramillo H, B., Monak Salinas, L., Rodríguez Rodríguez, C., . . . Orlando Melo, J. (2013). Hábitos de lectura, asistencia a bibliotecas y consumo de libros en Colombia. Bogotá: Fundalectura.

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